Se supone que Anaxágoras, una vez, dijo: «No hay ninguna necesidad [de llevarlo a su patria, una vez muerto], pues en todas partes la distancia hacia los infiernos es la misma»

651 (59 A 34a) CIC., Tusc. I 43, 104: Se hizo célebre lo que dijo Anaxágoras, cuando estaba por morir en Lámpsaco, a los amigos que le preguntaron si quería que, acaecida su muerte, fuera transportado a Clazómenas, su patria: «No hay ninguna necesidad, pues en todas partes la distancia hacia los infiernos es la misma» 9.

9 Ver nota 7. Estos dos relatos guardan una cierta semejanza con el de D. L., VI 63, donde Diógenes de Sínope aparece declarando ser «ciudadano del universo» (kosmopolítēs), bien que esa expresión resultaría más adecuada a un estoico que a un cínico que se considera seguidor de las doctrinas de Sócrates.

647 (59 A 30) ARIST., Ét. Nicóm. VI 7, 1141b: De lo dicho es evidente que la sabiduría, el conocimiento y el intelecto son las cosas más valiosas por naturaleza. Por ello decimos que Anaxágoras, Tales y sabios semejantes no poseen una sabiduría práctica, cuando los vemos desconocer las cosas que les convienen, en tanto que podemos afirmar que conocen las cosas sobresalientes, admirables, difíciles y divinas pero inútiles, porque no buscan los bienes humanos 7.

7 Hemos agrupado tres especies de anécdotas referidas a Anaxágoras que nos hablan de su desapego: 1) a los bienes materiales; 2) a la familia y 3) a la patria.

La contraposición que hace Plutarco, a modo de moraleja, entre Anaxágoras como filósofo y Pericles como político —y que Diels no incluye en la transcripción del pasaje en 59A13— no sugiere, como podríamos creer hoy en día, que un político se afana en acrecentar sus bienes, sino en administrar correctamente los bienes comunes. La intención de Platón, por su parte, es sobre todo la de subrayar el afán de lucro de los sofistas. En el pasaje de la Ét. Nicóm. VI 7, traducimos sophía por «sabíduría» a secas, y phrónesis por «sabiduría práctica» (epistéme por «conocimiento científico»). Llama la atención que Aristóteles incluya a Tales entre los sabios desprovistos de phrónesis en una obra aparentemente seguida, en la cronología de su composición, por la Política, donde se refiere una anécdota que pretende dar otra imagen de Tales (texto núm. 11 del tomo I).

Los Filósofos Presocráticos II, Anaxágoras de Clazómenas, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, páginas 311 y 312.

11 (11 A 10) ARIST., Pol I 11, 1259a: Pues todas estas cosas son útiles para los que aprecian el arte de las ganancias, como por ejemplo la maniobra financiera de Tales de Mileto, que atribuyeron a su sabiduría, pero que tiene carácter universal. En efecto, como lo injuriaban por su pobreza y por la inutilidad de la filosofía, se dice que, gracias a sus conocimientos astronómicos, pudo saber cómo seria la cosecha de aceitunas. Así, cuando era aún invierno y tenía un poco de dinero, tomó mediante fianza todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, arrendándolas por muy poco, pues no había competencia. Cuando llegó la oportunidad y todos a la vez buscaban prensas, las alquiló como quería, juntando mucho dinero, para demostrar qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo.

Los Filósofos Presocráticos, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, Editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 64 y 65.

Aristóteles: Empédocles concibe un estado precósmico, llamado Esfero, donde todas las cosas «estaban unidas» gracias a la Amistad. Eventualmente, el Esfero es destruido por el Odio, formándose la pluralidad en que vivimos. El ciclo formación del Esfero, destrucción del Esfero, se repite eternamente

Para Aristóteles, Empédocles es un filósofo pluralista emparejado con Anaxágoras y los atomistas. Todos ellos habrían dividido el ser eleático en principios sustanciales eternos e inmutables a partir de los cuales, por mezcla o combinación, se constituye el universo.

Para Empédocles, estos principios son las cuatro raíces (que Aristóteles concibe como «elementos») y que reúnen a los diferentes principios que propusieron los filósofos jonios (el agua de Tales, el aire de Anaxímenes, el fuego de Heráclito, a los cuales se agrega la tierra). Sobre estos actúan dos causas eficientes eternas: la Amistad y el Odio, las que, respectivamente, los combinan y disgregan. Cuando reina en modo absoluto la primera de ellas, los cuatro elementos se combinan generando una mezcla única llamada Esfero. Sin embargo este reinado se alterna con el del Odio, el que destruye dicho Esfero, formándose la pluralidad en que vivimos. Y así, sucesivamente, ocurre un proceso y otro, por lo que la realidad se halla en un ciclo eterno donde lo único permanente son las cuatro raíces. El Esfero constituye para Aristóteles un estado precósmico, no demasiado distinto del de Anaxágoras, en el que todas las cosas estaban unidas.

Los neoplatónicos introducen una novedad a esta interpretación de Aristóteles, de la filosofía de Empédocles, asocian el Esfero al mundo inteligible, haciéndolo, por tanto, coexistente con el mundo de la pluralidad cósmica, asimilado, a su vez, al mundo sensible. Esta versión neoplatónica desvirtúa la esencia del ciclo cósmico, pero en compensación, coloca en primer lugar la radical distinción entre lo Uno (Esfero) y lo Múltiple (el cosmos).
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Los filósofos presocráticos II, Empédocles de Agrigento, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, páginas 130 y 131

Los tres pensamientos que Aristóteles atribuye a Tales: 1) el agua como principio de todo; 2) todo está lleno de dioses; 3) el alma mueve

[…] los dos pensamientos principales que —aparte de la concepción del agua como principio— atribuye Aristóteles a Tales: 1) Todo está lleno de dioses. 2) El imán tiene alma porque mueve al hierro (o bien, simplemente, que el alma mueve).

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 71.

Para Tales el alma es una naturaleza siempre en movimiento, el todo está animado y existe una fuerza “divina” que mueve

Lo divino, el alma y el movimiento.

24 (11 A 2) ARIST., Del Alma 1 5 , 411a: Y algunos dicen que el alma está mezclada en el todo, de ahí también quizá que Tales haya pensado que todo está lleno de dioses.

25 (11 A 3) Esc. a PLATÓN, Rep. 600a: También dice que, en cierto modo, las cosas inanimadas tienen alma, a partir de la observación del imán y del ámbar… y que el cosmos está animado y lleno de divinidades.

26 (11 A 22a) AECIO, IV 2, 1: Tales fue el primero en manifestar que el alma es una naturaleza siempre en movimiento que se mueve a sí misma*.

27 (11 A 23) AECIO, I 7, 11: Tales sostuvo que la inteligencia del cosmos es dios, que el todo está animado y lleno de divinidades y que a través de la humedad elemental se difunde una fuerza divina que la mueve.

28 (11 A 3) CIC., De nat. deor. I 10, 25: El milesio Tales, el primero que investigó estas cosas, dijo que el agua es principio y que dios es esa inteligencia que hace absolutamente todas las cosas a partir del agua.

29 (11 A 22) ARIST., Del Alma, I 2, 405a: Parece que Tales, según comentan, concibió al alma como algo que mueve, si realmente dijo que el imán tiene alma porque mueve al hierro**.

*Este pensamiento es platónico. Ver texto núm. 401.

** En el primer texto y en el último de esta serie están los dos pensamientos principales que —aparte de la concepción del agua como principio— atribuye Aristóteles a Tales: 1) Todo está lleno de dioses. 2) El imán tiene alma porque mueve al hierro (o bien, simplemente, que el alma mueve).

Los textos 27 y 28 hacen intervenir la otra tesis, la de la humedad; pero a la vez su referencia a lo divino como inteligente evidencia un anacronismo incuestionable, que no proviene de Teofrasto. La frase «todo está lleno de dioses» no ha de ser tomada literalmente, y menos aún interpretada como un panteísmo incipiente. A nuestro modo de ver, sólo es una reformulación de un pensamiento —transmitido oralmente— acerca de la vida que mueve a todo ser vivo y aun a lo inanimado.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 70, 71 y 72.

ARIST.= Aristóteles

CIC.= Cicerón

Lo divino, el alma y el movimiento en Tales de Mileto

[…] Lo divino, el alma y el movimiento.

24 (11 A 2) ARIST., Del Alma 1 5 , 411a: Y algunos dicen que el alma está mezclada en el todo, de ahí también quizá que Tales haya pensado que todo está lleno de dioses.

25 (11 A 3) Esc. a PLATÓN, Rep. 600a: También dice que, en cierto modo, las cosas inanimadas tienen alma, a partir de la observación del imán y del ámbar… y que el cosmos está animado y lleno de divinidades.

26 (11 A 22a) AECIO, IV 2, 1: Tales fue el primero en manifestar que el alma es una naturaleza siempre en movimiento que se mueve a sí misma*.

27 (11 A 23) AECIO, I 7, 11: Tales sostuvo que la inteligencia del cosmos es dios, que el todo está animado y lleno de divinidades y que a través de la humedad elemental se difunde una fuerza divina que la mueve.

28 (11 A 3) CIC., De nat. deor. I 10, 25: El milesio Tales, el primero que investigó estas cosas, dijo que el agua es principio y que dios es esa inteligencia que hace absolutamente todas las cosas a partir del agua.

29 (11 A 22) ARIST., Del Alma, I 2, 405a: Parece que Tales, según comentan, concibió al alma como algo que mueve, si realmente dijo que el imán tiene alma porque mueve al hierro**.

*Este pensamiento es platónico. Ver texto núm. 401.

** En el primer texto y en el último de esta serie están los dos pensamientos principales que —aparte de la concepción del agua como principio— atribuye Aristóteles a Tales: 1) Todo está lleno de dioses. 2) El imán tiene alma porque mueve al hierro (o bien, simplemente, que el alma mueve).

Los textos 27 y 28 hacen intervenir la otra tesis, la de la humedad; pero a la vez su referencia a lo divino como inteligente evidencia un anacronismo incuestionable, que no proviene de Teofrasto. La frase «todo está lleno de dioses» no ha de ser tomada literalmente, y menos aún interpretada como un panteísmo incipiente. A nuestro modo de ver, sólo es una reformulación de un pensamiento —transmitido oralmente— acerca de la vida que mueve a todo ser vivo y aun a lo inanimado.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 70, 71 y 72.

ARIST.= Aristóteles

CIC.= Cicerón

Aristóteles llama physikoi («naturalistas») o physiológoi («los que hablan de la naturaleza») a quienes dicen que «el principio de todo se mueve» ya que la «naturaleza» es «principio y causa del movimiento y del reposo en aquello que la tiene por sí y primeramente, y no por accidente»; pero dado ese carácter sustancial, vale para todas las cosas, y es aplicado en consecuencia a quienes se supone han pensado en lo que es sustancial para todas las cosas

23 HIPÓL., I 1, 1: Se: dice que el milesio Tales, uno de los siete sabios, fue el primero que se abocó a la filosofía natural. Dijo que el agua es principio y fin de todo. A partir de ella, por reunión, se forman todas las cosas y, a la inversa, al disolverse, son llevadas nuevamente hacia ella*.

* Aunque este texto no figure en DK, su contenido esta implícito en el testimonio de Aristóteles, y asimismo responde a su concepción de filosofía «natural».

Las expresiones physiké theoría, philosophía physiké, etc., reconocen una inspiración aristotélica que hace de la «naturaleza» (phýsis) el objeto de investigación de «los primeros que filosofaron», a quienes llama indistintamente physikoi (literalmente: «naturalistas») o physiológoi (literalmente: «los que hablan de la naturaleza»). En sentido estricto, el calificativo lo aplica a quienes dicen que el principio de todo se mueve (Fís. I 2, 184b-185a, en contraposición con Parménides y Meliso), ya que la «naturaleza» es «principio y causa del movimiento y del reposo en aquello que la tiene por sí y primeramente, y no por accidente» (Fís. II 1, 192b); pero dado ese carácter sustancial, vale para todas las cosas, y es aplicado en consecuencia a quienes se supone han pensado en lo que es sustancial para todas las cosas.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 69 y 70.

HIPÓL.= Hipólito

DK= Diels-Kranz, referencia a un libro parecido al citado.

Se dice que el milesio Tales, uno de los siete sabios, fue el primero que se abocó a la filosofía natural

23 HIPÓL., I 1, 1: Se dice que el milesio Tales, uno de los siete sabios, fue el primero que se abocó a la filosofía natural.[…]

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 69 y 70.

HIPÓL.= Hipólito

Tales y Anaxímenes sostuvieron que el principio es uno, en movimiento y contradictorio consigo mismo

22 SIMPL.*, Fís. 10, 14-16: Entre los que sostienen que el principio es uno y en movimiento, como Tales y Anaxímenes, al explicar la generación por condensación y rarefacción, sostienen que la condensación y rarefacción son principios contrarios.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 66-70.

* SIMPL.= Simplicio de Cilicia

Para Tales de Mileto el elemento único primigenio es infinito en tamaño

20 (11 A 13) SIMPL., Fís. 458, 23-25: Algunos, suponiendo que hay un elemento único, dijeron que este es infinito en tamaño: así el agua para Tales.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 69.

SIMPL.= Simplicio de Cilicia

Tales de Mileto habría hablado de “un principio único y en movimiento”

19 (11 A 13) SIMPL., Fís. 23, 21-29: De los que mencionaron un principio único y en movimiento —a quienes con propiedad Aristóteles llama «físicos»—, unos dicen que el mismo es limitado, como el milesio Tales, hijo de Examio, y también Hipón […]

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 68.

SIMPL.= Simplicio de Cilicia