“Un indomable espíritu de combate con que si se cae cien veces se levanta otras tantas para continuar la lucha hasta el triunfo”

“Para alcanzar con éxito los altos objetivos de lucha que nos proponemos para este año, todos los funcionarios, militantes del partido y los oficiales y soldados del Ejército Popular y trabajadores vivirán y batallarán con el espíritu revolucionario del Paektu, el espíritu del viento cortante del Paektu, el cual se trata de un espíritu de atacar tenazmente con que se enfrenta y vence las dificultades que se interponen y un indomable espíritu de combate con que si se cae cien veces se levanta otras tantas para continuar la lucha hasta el triunfo. El corazón de nuestro Ejército y pueblo dará latidos alimentándose con la fe en la victoria y el indoblegable espíritu con que los antecesores de la Revolución Antijaponesa lucharon y alcanzaron la victoria por encima de inimaginables dificultades considerando que les daba igual vivir o morir en aras del país y la nación. Todos los funcionarios, militantes y trabajadores prepararán valiosos regalos con el espíritu revolucionario del Paektu y la acción creadora para presenciar dignamente el próximo gran festival de octubre.”

Kim Jong Un, mensaje de año nuevo 2015

Fuente: KFA Euskal Herria

Significación práctica de la relación dialéctica entre lo singular y lo universal

Significación práctica

Es muy frecuente que la solución práctica de los problemas esté vinculada al análisis de las categorías de lo singular y lo universal. Esto ocurre, sobre todo, cuando se trata de aplicar de manera concreta conceptos generales como las leyes de la ciencia. Las leyes de la naturaleza y de la vida social se manifiestan siempre en cosas y fenómenos singulares, concretos. En la naturaleza no existen “leyes en general”. Al mismo tiempo, los diversos objetos y procesos del mundo circundante, comprendidos también los fenómenos sociales, tienen multitud de peculiaridades individuales, de rasgos irrepetibles, específicos, originados por las condiciones en que se manifiestan. De ahí que en la actividad práctica tenga la mayor importancia estudiar de manera concreta los fenómenos singulares y las condiciones en que se producen. Para comprender la correlación de las fuerzas de clase en la Revolución Socialista de Octubre y la táctica del Partido Comunista, encabezado por Lenin, es preciso analizar las condiciones concretas que se crearon en Rusia a comienzos del siglo XX y, en particular, en el verano y el otoño de 1917. El conocimiento de las tesis generales acerca de lo que es la revolución y de qué clases de revolución existen es insuficiente por sí solo para organizar la victoria de una revolución socialista concreta. Por tanto, hay que tomar en consideración acertadamente la concatenación de lo singular y lo universal. ¿Para qué, entonces, estudiar las leyes generales? ¿No será mejor estudiar sólo las condiciones y procesos concretos que nos interesan? Razonar así sería profundamente erróneo. En efecto, si recordamos que lo singular está vinculado a lo universal y que lo universal revela la esencia de lo singular, estará claro que importa estudiar las leyes precisamente porque nos dan a conocer los procesos y propiedades peculiares de todo un grupo de fenómenos. En cada caso, utilizando el conocimiento de las leyes generales, los hombres aprovechan la experiencia de generaciones y generaciones y no tienen por qué “descubrir” esas leyes una y otra vez. Por ejemplo, si han sido estudiadas las leyes generales de la revolución, no hay necesidad de “descubrirlas” de nuevo cada vez; lo único que hace falta es aplicarlas con acierto a las condiciones concretas. Por tanto queda dicho, de que en la actividad práctica no es posible guiarse únicamente por las tesis generales, aplicándolas sin tomar en consideración las condiciones en que se desarrollan los fenómenos singulares. Solo el conocimiento de la dialéctica de lo singular y lo universal proporciona una orientación certera en la actividad práctica. Por eso constituirán por igual una tergiversación del marxismo tanto la hiperbolización infundada del papel de lo singular, de las condiciones específicas de tal o cual país (y así proceden precisamente los revisionistas) como la absolutización de las leyes generales (rasgo característico del dogmatismo).

EcuRed: Lo singular y lo universal (filosofía), página visitada el 11 de agosto de 2014 a las 13:00 horas.

Con la desaparición de las clases, desaparecerá inevitablemente el estado

Por tanto, el Estado no ha existido eternamente. Ha habido sociedades que se las arreglaron sin él, que no tuvieron la menor noción del Estado ni de su poder. Pero cuando el desarrollo económico alcanzó cierta etapa ligada necesariamente a la división de la sociedad en clases, esta división hizo del Estado una necesidad. Ahora nos aproximamos con rapidez a una fase de desarrollo de la producción en que la existencia de estas clases no sólo deja de ser una necesidad, sino que se convierte en un obstáculo para la producción. Las clases desaparecerán de un modo tan inevitable como surgieron en su día. Con la desaparición de las clases, desaparecerá inevitablemente el Estado. La sociedad, reorganizando de un modo nuevo la producción sobre la base de una asociación libre de productores iguales, enviará toda la maquinaria del Estado al lugar que entonces le corresponderá: el museo de antigüedades, junto a la rueca y el hacha de bronce.

Federico Engels, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Fundación Federico Engels, 2006, páginas 187 y 188.

Mientras la clase oprimida no esté madura para liberarse, será la extrema izquierda en el capitalismo, y no reconocerá otro orden social posible

Mientras la clase oprimida —en nuestro caso, el proletariado— no esté madura para liberarse por ella misma, en su mayoría reconocerá el actual orden social como el único posible y políticamente constituirá la cola de la clase capitalista, su extrema izquierda. Pero a medida que vaya madurando para emanciparse por sí misma, irá constituyéndose como un partido independiente, eligiendo a sus propios representantes, y no a los de los capitalistas. El sufragio universal es, de esta suerte, el índice de la madurez de la clase obrera. No puede llegar ni llegará nunca a más en el Estado actual, pero esto es bastante. El día en que el termómetro del sufragio universal marque para los trabajadores el punto de ebullición, ellos sabrán, lo mismo que los capitalistas, qué deben hacer.

Federico Engels, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Fundación Federico Engels, 2006, páginas 187.

La barbarie germana salvó a Europa de su agonizate civilización

Pero, ¿qué misterioso sortilegio fue el que permitió a los germanos infundir una fuerza vital nueva a la Europa agonizante? ¿Fue un poder milagroso e innato a la raza germana, como nos cuentan nuestros historiadores patrioteros? De ninguna manera. Los germanos, sobre todo en aquella época, eran una tribu aria muy favorecida por la naturaleza y en pleno proceso de desarrollo vigoroso. Pero no fueron sus cualidades idiosincrásicas nacionales las que rejuvenecieron Europa, sino, sencillamente, su barbarie, su constitución gentilicia. Su capacidad y su valentía personales, su espíritu de libertad y su instinto democrático, que les llevaba a considerar como propios los asuntos públicos, en una palabra, todas las cualidades que los romanos habían perdido y las únicas capaces de hacer surgir del cieno del mundo romano nuevos Estados y nuevas nacionalidades, ¿qué eran sino los rasgos característicos del estadio superior de la barbarie, fruto de su constitución gentilicia?
Si transformaron la forma antigua de la monogamia, suavizaron la autoridad del hombre en la familia y dieron a la mujer una situación más elevada de la que nunca antes había conocido el mundo clásico, ¿qué les hizo capaces de ello sino su barbarie, sus hábitos gentilicios, su herencia viva de los tiempos del derecho materno?
Si salvaron —al menos en los tres países principales: Alemania, el norte de Francia e Inglaterra— un trozo del régimen genuino de la gens, transplantándolo al Estado feudal en forma de marcas, lo que dio a la oprimida clase de los campesinos, hasta bajo la más cruel servidumbre de la Edad Media, una cohesión local y una fuerza de resistencia de la que no dispusieron ni los esclavos de la Antigüedad ni dispone el proletariado moderno, ¿a qué se debió sino a su barbarie, a su sistema exclusivamente bárbaro de colonización por gens?
Y, por último, si desarrollaron y generalizaron la forma mitigada de servidumbre que habían empleado ya en su país natal —y que incluso en el Imperio Romano fue sustituyendo cada vez más a la esclavitud—, forma que, como Fourier ha sido el primero en resaltar, ofrece a los oprimidos medios para emanciparse gradualmente como clase (“fournit aux cultivateurs des moyens d’affranchissement collectif et progressif”*) y que supera así con mucho a la esclavitud —con la que sólo era posible una liberación inmediata, sin fases transitorias, del esclavo individual (la Antigüedad no conoce ningún caso de supresión de la esclavitud por una rebelión victoriosa), mientras que los siervos de la Edad Media llegaron poco a poco a conseguir su emancipación como clase—, ¿a qué se debe esto sino a su barbarie, gracias a la cual no habían alcanzado el estadio de esclavitud completa, ni la antigua esclavitud del trabajo ni la esclavitud doméstica oriental?
Toda la fuerza y la vitalidad que los germanos aportaron al mundo romano era barbarie. En efecto, sólo unos bárbaros eran capaces de rejuvenecer un mundo sumido en la agonía de su civilización. Y el estadio superior de la barbarie, al cual se elevaron y en el cual vivieron los germanos antes de sus migraciones, era precisamente el más favorable para ese proceso. Esto lo explica todo.

* “Ofrece a los cultivadores los medios de emancipación colectiva y progresiva”.

Federico Engels, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Fundación Federico Engels, 2006, páginas 168 y 169.

Todas las revoluciones han sido para proteger un tipo de propiedad frente a otro

Hasta la fecha, todas las revoluciones han sido para proteger un tipo de propiedad frente a otro. En la gran Revolución Francesa, la propiedad feudal fue sacrificada para salvar la propiedad burguesa; en la de Solón (antigua Grecia, Atenas) la propiedad de los acreedores fue la que tuvo que sufrir en provecho de los deudores. Sencillamente, las deudas fueron anuladas. No conocemos con exactitud los detalles, pero Solón se jacta en sus poemas de haber hecho quitar los postes hipotecarios de los campos empeñados en pago de deudas y de haber repatriado a los hombres que, a causa de ellas, habían sido vendidos como esclavos o habían huido al extranjero. Esto sólo pudo hacerse mediante una descarada violación de la propiedad. Y, de hecho, de la primera a la última, todas las llamadas revoluciones políticas se han hecho en defensa de la propiedad, de un tipo de propiedad, y se han realizado por medio de la confiscación (o dicho de otra manera, del robo) de otro tipo de propiedad. Tanto es así que desde hace dos mil quinientos años la propiedad privada sólo ha podido mantenerse mediante la violación de los derechos de propiedad.

Federico Engels, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Fundación Federico Engels, 2006, página 123.

La preponderancia del hombre en el matrimonio se debe a su preponderancia económica

Pero lo que sin duda alguna desaparecerá de la monogamia (con la supresión de la propiedad privada) son todas las características que le imprimieron las relaciones de propiedad que la originaron. Estas características son la preponderancia del hombre y la indisolubilidad del matrimonio. La preponderancia del varón en el matrimonio es sencillamente consecuencia de su preponderancia económica, y desaparecerá por sí sola cuando ésta desaparezca. La indisolubilidad del matrimonio es consecuencia de las condiciones económicas que engendraron la monogamia y de la tradición de la época en que, mal comprendida aún, la vinculación de esas condiciones económicas con la monogamia fue exagerada por la religión. Actualmente está deteriorada ya por mil lados. Si el matrimonio fundado en el amor es el único moral, sólo puede ser moral el matrimonio donde el amor persiste. Pero la duración del arrebato del amor sexual varía mucho según los individuos, particularmente entre los hombres. En virtud de ello, cuando el afecto desaparezca o sea reemplazado por un nuevo amor apasionado, el divorcio será un beneficio tanto para ambas partes como para la sociedad. Sólo que deberá ahorrarse a la gente el tener que pasar por el barrizal inútil de un pleito de divorcio.

La aclaración entre paréntesis es mía.

Federico Engels, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Fundación Federico Engels, 2006, página 89.

El matrimonio con total libertad

[…]el matrimonio sólo se concertará con toda libertad cuando la supresión de la producción capitalista y de las condiciones de propiedad por ella creadas haya eliminado las consideraciones económicas accesorias que todavía ejercen tan poderosa influencia sobre la elección de los esposos. Entonces el matrimonio ya no tendrá más motivo que la atracción recíproca.

Federico Engels, El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Fundación Federico Engels, 2006, página 88.