¿Cómo se trata eso [la relación simbiótica entre filosofía científica y ciencia], a nivel universitario?, ¿a nivel formativo de los estudiantes? En mi opinión debería haber, básicamente, para todas las carreras de ciencia, una materia de ciencias formales, como lógica y semántica, que complementen la formación matemática para que el futuro graduado sepa utilizar e interpretar los lenguajes formales. Una única materia de filosofía científica, dónde se explique qué es lo que entendemos por una ley, si hay leyes de leyes, si puede haber propiedades de propiedades, qué es un cambio, qué es el azar, qué es una propensión, qué es una probabilidad, o sea, cosas que permanentemente el científico usa pero que jamás se plantea qué son, cómo se definen, qué rol juegan dentro de todo el esquema del conocimiento que él está tratando de abordar. Entonces, una única materia bien enfocada, que tenga una parte de filosofía formal, o sea lógica y semántica y después que tenga algo de ontología, esto es las ideas más generales acerca de lo que hay, básicamente el estudio de cosas, cambios, propiedades, leyes, espacio y tiempo. Finalmente una unidad de epistemología, donde se estudie qué es el conocimiento, qué es aprender, qué es una teoría, qué es una representación de la realidad, qué es un modelo, cuál es la diferencia entre ciencia y pseudociencia —tema muy importante, de gran importancia cultural—, qué es la tecnología, en qué se diferencia la ciencia de la tecnología y, genéricamente, la ética. Yo creo que habría que enseñar ética en una materia de filosofía científica: ética científica, o sea, ética basada en el estudio del comportamiento humano, en tratar de determinar porqué los seres humanos se comportan de una manera o de otra y cuales son las pautas, las normas, esto es la moral, qué conviene para alcanzar ciertos objetivos.
La aclaración entre corchetes es mía.