El empirismo de la observación, por sí solo, no puede nunca ser una prueba suficiente de la necesidad. Post hoc, pero no propter hoc.* (Enciclopedia. I, pág. 84).** Hasta tal punto es esto cierto, que del constante espectáculo de la salida del sol, en la aurora, no se deriva el que necesariamente vuelva a alumbrar al día siguiente, y ya hoy sabemos, en realidad, que llegará el momento en que el sol, un día, no saldrá. La prueba de la necesidad radica en el experimento, en el trabajo: si puedo hacer yo el post hoc***, entonces sí será idéntico al propter hoc.
* Post hoc, es decir, después de esto: propter hoc, es decir, en virtud de esto. La fórmula «post hoc, ergo propter hoc» (después de esto, y por tanto, en virtud de esto) significa una conclusión infundada partiendo de la conexión causal entre dos fenómenos, conclusión basada exclusivamente en que el uno se presenta a continuación del otro.
** Engels se refiere al siguiente pasaje de la «Lógica pequeña» de Hegel: «Lo mismo ocurre con el empirismo, que ofrece, indudablemente, percepciones de cambios sucesivos…, pero no una concatenación necesaria» (Hegel, Sämtliche Werke, ed. jubilar, tomo VIII, pág. 122).
*** Es decir, si logro provocar un determinado efecto de los fenómenos.
DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA, F. Engels, Editorial Grijalbo, México, 1961, página 194 y 195.
Las aclaraciones con * son tomadas de las notas del libro.
Las negritas las puse yo.