El empirismo ofrece percepciones de cambios sucesivos, pero no una concatenación necesaria

El empirismo de la observación, por sí solo, no puede nunca ser una prueba suficiente de la necesidad. Post hoc, pero no propter hoc.* (Enciclopedia. I, pág. 84).** Hasta tal punto es esto cierto, que del constante espectáculo de la salida del sol, en la aurora, no se deriva el que necesariamente vuelva a alumbrar al día siguiente, y ya hoy sabemos, en realidad, que llegará el momento en que el sol, un día, no saldrá. La prueba de la necesidad radica en el experimento, en el trabajo: si puedo hacer yo el post hoc***, entonces sí será idéntico al propter hoc.

* Post hoc, es decir, después de esto: propter hoc, es decir, en virtud de esto. La fórmula «post hoc, ergo propter hoc» (después de esto, y por tanto, en virtud de esto) significa una conclusión infundada partiendo de la conexión causal entre dos fenómenos, conclusión basada exclusivamente en que el uno se presenta a continuación del otro.

 ** Engels se refiere al siguiente pasaje de la «Lógica pequeña» de Hegel: «Lo mismo ocurre con el empirismo, que ofrece, indudablemente, percepciones de cambios sucesivos…, pero no una concatenación necesaria» (Hegel, Sämtliche Werke, ed. jubilar, tomo VIII, pág. 122).

*** Es decir, si logro provocar un determinado efecto de los fenómenos.

DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA, F. Engels, Editorial Grijalbo, México, 1961, página 194 y 195.

Las aclaraciones con * son tomadas de las notas del libro.

Las negritas las puse yo.

El empirismo exclusivo solo opera con las ideas tradicionales, con los frutos en gran parte superados del pensamiento de sus antecesores

Esto ocurre mucho en las ciencias de la naturaleza, actualmente, se desprecia el pensamiento. Quien se atreve a pensar teóricamente en ciencias, muchas veces es tachado como «elucubrador metafísico-filosófico». Es como si algunos científicos creyeran que cuando hacen investigación dejan de pensar y obtienen conclusiones solamente de lo que observan:

El empirismo exclusivo, que se permite cuando más pensar bajo la forma del cálculo matemático, cree operar solamente a base de hechos incontrovertibles. Pero, en realidad, sólo opera con las ideas tradicionales, con los frutos en gran parte superados del pensamiento de sus antecesores […]. Es un tipo de empirismo tan escéptico en cuanto a los resultados del pensamiento contemporáneo como crédulo en lo que se refiere el pensamiento de sus antecesores. Hasta los hechos experimentalmente comprobados se vuelven, poco a poco, para él, inseparables de sus interpretaciones tradicionales; […] este empirismo no es ya capaz de describir honradamente los hechos, pues en la descripción se desliza la interpretación tradicional. […] [Como] los resultados de la moderna investigación, la comprobación de hechos hasta ahora desconocidos o controvertidos y las conclusiones teóricas que necesariamente se desprenden de ellas echan por tierra implacablemente la vieja tradición, los defensores de ésta caen en el mayor desconcierto. Se ven obligados a recurrir a toda suerte de subterfugios, a escapatorias insostenibles y a paliativos para envolver irreductibles contradicciones, con lo cual caen en un dédalo de contradicciones sin salida. Lo que aquí enreda, […] en la más inextricable contradicción, […] es la fe en toda […] vieja teoría […].

DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA, F. Engels, Editorial Grijalbo, México, 1961, página 112.

Y a este estado de incoherencia reinante […] y que impide, por el momento, formular una teoría general, se debe esencialmente ese estado de empirismo que procura pararse a pensar lo menos posible y que, por tanto, no sólo piensa de un modo falso, sino que ni siquiera es capaz de seguir fielmente el hilo de los hechos o de reseñarlos con exactitud, convirtiéndose con ello en el reverso del verdadero empirismo.

 DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA, F. Engels, Editorial Grijalbo, México, 1961, página 90.