Según Plutarco, Anaxágoras fue «el primero en establecer como principio del ordenamiento de todas las cosas no el azar ni la necesidad, sino el intelecto puro e incontaminado, en medio de todas las demás cosas mezcladas»

700 (59 A 15) PLUT., Pericl. 4: Aquel que más convivió con Pericles… fue el clazomenio Anaxágoras, al cual los hombres de entonces apodaron «Intelecto», fuera por estar asombrados de su gran comprensión, sobresaliente y brillante, en el estudio de la naturaleza, fuera por haber sido el primero en establecer como principio del ordenamiento de todas las cosas no el azar ni la necesidad, sino el intelecto puro e incontaminado, en medio de todas las demás cosas mezcladas, y separando las homeomerías.

Los Filósofos Presocráticos II, Anaxágoras de Clazómenas, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, página 348.

Según Diógenes Laercio y Plutarco, Anaxágoras fue apodado como «Intelecto» debido a la trascendencia que en su tiempo tuvo su tesis de un intelecto ordenador del cosmos

699 (59 A 1) D. L., II 6: El clazomenio Anaxágoras, hijo de Hegesibulo o Eubuilo, fue discípulo de Anaxímenes y el primero que dio primacía al intelecto sobre la materia. Al comienzo de su libro, expresándose de una manera agradable y solemne, dice: «Todas las cosas estaban juntas; después llegó el intelecto y las ordenó cósmicamente». Por lo cual [Anaxágoras] fue también apodado «Intelecto», y de él dice Timón, en sus Sátiras:

Se cuenta por allí que existe Anaxágoras, valiente héroe,
[llamado] Intelecto, pues tenía un intelecto que despertó súbitamente,
y combinó todas las cosas, que, juntas, habían estado confundidas 50.

700 (59 A 15) PLUT., Pericl. 4: Aquel que más convivió con Pericles… fue el clazomenio Anaxágoras, al cual los hombres de entonces apodaron «Intelecto», fuera por estar asombrados de su gran comprensión, sobresaliente y brillante, en el estudio de la naturaleza, fuera por haber sido el primero en establecer como principio del ordenamiento de todas las cosas no el azar ni la necesidad, sino el intelecto puro e incontaminado, en medio de todas las demás cosas mezcladas, y separando las homeomerías.

50 Más que una cita textual, las palabras que atribuye Diógenes a Anaxágoras parecen una breve antología de lo que lo hizo destacarse más entre el gran público (la referencia al estilo vale, de todos modos, ya que, según nuestros textos, la primera frase se encuentra en el fr. 1 y la última en el fr. 12). El hecho de que a Anaxágoras mismo se lo apodara «Intelecto» —corroborado por Plutarco, según el texto que presentamos a continuación— parece testimoniar la trascendencia que en su tiempo tuvo la tesis de un intelecto ordenador del cosmos; por más que en determinados círculos haya sido más conocido por haber caracterizado a los astros como piedras.

Los Filósofos Presocráticos II, Anaxágoras de Clazómenas, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, páginas 347 y 348.