Aristóteles: Meliso está equivocado al creer que si algo tiene un principio ha sido generado

Aristóteles: Meliso está equivocado al creer que si algo tiene un principio ha sido generado. Está suponiendo erróneamente, del consecuente, el antecedente, al afirmar que «todo lo generado tiene un principio». Es decir, según Aristóteles, no necesariamente, todo lo que tiene un principio ha sido generado, en especial cuando se deja fuera la variable «tiempo».

En el fondo, lo que Aristóteles quiere decir es que lo generado no necesariamente tiene un principio cuando se elimina el tiempo, o sea, cuando se habla solamente de infinitud, lo que da la idea de que un objeto (generado) podría ser infinito —sin principio, por decirlo de alguna manera, espacial— pero no eterno —que es la eliminación del principio tiempo y por lo mismo el objeto se convierte en generado—. Por lo anterior, y a manera de complemento, lo no generado no necesariamente no tiene principio, podría tener un principio espacial que es la finitud y solo si se deja arbitrariamente la variable tiempo fuera del razonamiento. De esta forma, lo que hace Aristóteles es dejar ver que en el fondo de la proposición de Meliso, que reza «todo lo generado tiene un principio», implícitamente está siendo quitado, de dicha sentencia, el tiempo, lo que conlleva de manera ineluctable a que de la realidad tenga que eliminarse todo cambio y, por consiguiente, a que, verdaderamente para él, todo está sin movimiento.

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Los filósofos presocráticos II, Meliso de Samos, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, páginas 92 a 97.