«lo que no tiene magnitud, ni espesor, ni volumen, no existe en absoluto. “Si se le agregase a otro ente no lo haría mayor… si se le quitase no lo haría menor… es evidente que tanto que lo que se quita como lo que se agrega, no son”»

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Los filósofos presocráticos II, Zenón de Elea, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, página 41

Cada cosa sensible es múltiple por admitir que algo se diga de ella y por seer susceptible de división; El punto no es una cosa, en realidad es nada, pues al agregarse a algo no lo aumenta y al quitarse no lo disminuye

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Los filósofos presocráticos II, Zenón de Elea, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, página 40

«el todo será infinitas veces infinito, si los entes fuesen múltiples»

Para Zenón, debido a que cada «cosa» que observamos es múltiple —se puede descomponer en tales, o cuales, «subcosas»—, no existe la multiplicidad, ya que para que esta exista debe estar formada por «unidades», pero tales «cosas» no son «unidades», sino, múltiples «subcosas», y a la vez, cada una de ellas, es otra «aglomeración» de «subcosas», y así, sucesivamente, hasta el infinito. Por tanto, como no existen las «unidades», no existe la multiplicidad y como lo que es, debe ser o uno o múltiple, entonces, es uno.

Captura de pantalla de 2016-03-02 09:38:15Captura de pantalla de 2016-03-02 09:40:25Los filósofos presocráticos II, Zenón de Elea, N.L. Cordero, F.J. Olivieri, E. La Croce, C. Eggers Lan, Editorial Gredos, 1994, página 36.

El discurso de Heráclito no era proposicional, sino dialéctico, y por tanto no enuncia algo verdadero o falso

574 (22 A 7) ARIST., Met. 111 3, 1005b: En efecto, es imposible que alguien sostenga que lo mismo sea y no sea, tal como algunos creen que dice Heráclito.

575 ARIST., De Interpr. 4: Todo discurso es significativo… pero no todo discurso es proposicional, sino sólo aquel en el que se dice algo verdadero o algo falso, lo que no se da en todos los casos: por ejemplo, la plegaria es un discurso, pero no es verdadera ni falsa16.

576 ARIST., Met. I V 7, 1012a: Pero el discurso de Heráclito, al decir que todas las cosas cosas son y no son, parece hacerlas a todas verdaderas17.

16 Si Aristóteles se hubiera percatado de que el discurso de Heráclito no es proposicional sino dialéctico, lo habría considerado similar a la plegaria, ya que, aun cuando es un discurso significativo, en él no se enuncia algo verdadero o falso.

17 Aristóteles (como antes Parménides, aunque éste no dispusiera del andamiaje lingüístico y conceptual de aquel) entendió el discurso de Heráclito como si fuera proposicional, y creía por ende que estaba violando el principio de no-contradicción. Pero Heráclito no dice que las cosas son íntegras y no-íntegras, convergentes y no-convergentes, etc. Las parejas de contrarios no son sujetos ni predicados nominales: se «acoplan» entre sí al comprender la unidad dialéctica.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, páginas 325 y 326.

Al igual que en «consonante disonante», «teoría y práctica»: no se trata de momentos sucesivos sino de situaciones simultáneas, una implicación mutua

632 (22 B 10) Ps.-ARIST., De Mundo 5, 396b: Tal vez la naturaleza guste de los contrarios, y de éstos —y no de los semejantes— realice lo concordante; así como sin duda une al macho con la hembra y no a cada uno con uno de su mismo sexo… la música, tras mezclar notas agudas y graves, cortas y largas, produce en sonidos diferentes una armonía única… Y esto mismo es lo que se lee en el oscuro Heráclito: «Acoplamiento: íntegros y no íntegros, convergente divergente, consonante disonante; de todas las cosas Uno y de Uno todas las cosas»[…]

[…] «consonante disonante»: no se trata de momentos sucesivos sino de situaciones simultáneas, como subraya Snell, ya que «consonante» aquí significa «afinado al cantar», y «disonante» es «desafinado al cantar», y para que haya afinación o desafinación, los sonidos deben emitirse a la vez;

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 350 y 351.

«lo Uno abarca a «todas las cosas», y en «todas las cosas» hay que saber ver lo «Uno»

632 (22 B 10) Ps.-ARIST., De Mundo 5, 396b: Tal vez la naturaleza guste de los contrarios, y de éstos —y no de los semejantes— realice lo concordante; así como sin duda une al macho con la hembra y no a cada uno con uno de su mismo sexo… la música, tras mezclar notas agudas y graves, cortas y largas, produce en sonidos diferentes una armonía única… Y esto mismo es lo que se lee en el oscuro Heráclito: «Acoplamiento: íntegros y no íntegros, convergente divergente, consonante disonante; de todas las cosas Uno y de Uno todas las cosas»53

[…] «de todas las cosas Uno y de Uno todas las cosas»: tampoco estos son momentos sucesivos, ya que no hay una cosmogonía en cuestión. El «de» (ex) no significa una sucesión de etapas sino una implicación mutua: lo Uno abarca a «todas las cosas», y en «todas las cosas» hay que saber ver lo «Uno». Es tal vez la frase que mejor se adecúa al título; y por eso cierra el ciclo.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 350 y 351.

De todas las cosas Uno y de Uno todas las cosas

632 (22 B 10) Ps.-ARIST., De Mundo 5, 396b: Tal vez la naturaleza guste de los contrarios, y de éstos —y no de los semejantes— realice lo concordante; así como sin duda une al macho con la hembra y no a cada uno con uno de su mismo sexo… la música, tras mezclar notas agudas y graves, cortas y largas, produce en sonidos diferentes una armonía única… Y esto mismo es lo que se lee en el oscuro Heráclito: «Acoplamiento: íntegros y no íntegros, convergente divergente, consonante disonante; de todas las cosas Uno y de Uno todas las cosas»53

53  «Acoplamientos» = sylldpsies (no synápsies, como en DK: SNELL, en Hermes 76 [1941], 84-87, KIRK, págs. 170-171, y MARCOVICH, pág. 105).

Aquí hay que distinguir cinco instancias problemáticas:

I) «acoplamientos» no es sujeto ni predicado de lo que sigue […], sino un encabezamiento o titulo;
II) «íntegros y no íntegros»: Kirk, pág. 173, afirma que no son contrarios «en el usual sentido heraclíteo de extremos o polos de un continuo único» (como lo caliente y lo frío, invierno y verano, etc.). No se pueden aplicar a Heráclito categorías Iógicas que valen sólo desde Platón y Aristóteles. En esa pareja, «íntegros» es un adjetivo (no un sustantivo en plural, «Todos»); «no-lntegros» es una manera de traducir ouch hóla, que equivale a algo así como «desintegrados», casi un neologismo como diáidon, «disonante» (cf. LSJ, diaeído II, y SNELL, Hermes 76 [1941], 86). No creemos que haya un usual sentido heraclíteo de extremos;
III) «convergente divergente»: esta pareja ofrece menos problemas, porque figura ya en textos anteriores;
IV) «consonante disonante»: no se trata de momentos sucesivos sino de situaciones simultáneas, como subraya Snell, ya que «consonante» aquí significa «afinado al cantar», y «disonante» es «desafinado al cantar», y para que haya afinación o desafinación, los sonidos deben emitirse a la vez;
V) «de todas las cosas Uno y de Uno todas las cosas»: tampoco estos son momentos sucesivos, ya que no hay una cosmogonía en cuestión. El «de» (ex) no significa una sucesión de etapas sino una implicación mutua: lo Uno abarca a «todas las cosas», y en «todas las cosas» hay que saber ver lo «Uno». Es tal vez la frase que mejor se adecúa al título; y por eso cierra el ciclo.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 350 y 351.

Según Aristóteles, Anaximandro, decía que lo real es uno y múltiple y que las cosas se separan por contrariedades en el seno de la mezcla primigenia

115 (12 A 16) ARIST., Fís. I 4, 187a: Los físicos hablan de dos modos. Por un lado, algunos piensan que el cuerpo substrato es uno, sea uno de los tres [elementos, a saber, aire, agua o fuego] o algo que sea más denso que el fuego y más sutil que el aire, en tanto las demás cosas se generan por condensación y rarefacción, formando la multiplicidad… Por otro lado, algunos piensan que las contrariedades están en lo uno, a partir del cual se separan, como dicen Anaximandro y cuantos afirman que (lo real) es uno y múltiple, como Empédocles y Anaxágoras: pues ellos también piensan que las demás cosas se separan de la mezcla.

LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS, Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, editorial Gredos, Madrid, España, 1981, página 95 y 96.