Significación práctica de la relación dialéctica entre lo singular y lo universal

Significación práctica

Es muy frecuente que la solución práctica de los problemas esté vinculada al análisis de las categorías de lo singular y lo universal. Esto ocurre, sobre todo, cuando se trata de aplicar de manera concreta conceptos generales como las leyes de la ciencia. Las leyes de la naturaleza y de la vida social se manifiestan siempre en cosas y fenómenos singulares, concretos. En la naturaleza no existen “leyes en general”. Al mismo tiempo, los diversos objetos y procesos del mundo circundante, comprendidos también los fenómenos sociales, tienen multitud de peculiaridades individuales, de rasgos irrepetibles, específicos, originados por las condiciones en que se manifiestan. De ahí que en la actividad práctica tenga la mayor importancia estudiar de manera concreta los fenómenos singulares y las condiciones en que se producen. Para comprender la correlación de las fuerzas de clase en la Revolución Socialista de Octubre y la táctica del Partido Comunista, encabezado por Lenin, es preciso analizar las condiciones concretas que se crearon en Rusia a comienzos del siglo XX y, en particular, en el verano y el otoño de 1917. El conocimiento de las tesis generales acerca de lo que es la revolución y de qué clases de revolución existen es insuficiente por sí solo para organizar la victoria de una revolución socialista concreta. Por tanto, hay que tomar en consideración acertadamente la concatenación de lo singular y lo universal. ¿Para qué, entonces, estudiar las leyes generales? ¿No será mejor estudiar sólo las condiciones y procesos concretos que nos interesan? Razonar así sería profundamente erróneo. En efecto, si recordamos que lo singular está vinculado a lo universal y que lo universal revela la esencia de lo singular, estará claro que importa estudiar las leyes precisamente porque nos dan a conocer los procesos y propiedades peculiares de todo un grupo de fenómenos. En cada caso, utilizando el conocimiento de las leyes generales, los hombres aprovechan la experiencia de generaciones y generaciones y no tienen por qué “descubrir” esas leyes una y otra vez. Por ejemplo, si han sido estudiadas las leyes generales de la revolución, no hay necesidad de “descubrirlas” de nuevo cada vez; lo único que hace falta es aplicarlas con acierto a las condiciones concretas. Por tanto queda dicho, de que en la actividad práctica no es posible guiarse únicamente por las tesis generales, aplicándolas sin tomar en consideración las condiciones en que se desarrollan los fenómenos singulares. Solo el conocimiento de la dialéctica de lo singular y lo universal proporciona una orientación certera en la actividad práctica. Por eso constituirán por igual una tergiversación del marxismo tanto la hiperbolización infundada del papel de lo singular, de las condiciones específicas de tal o cual país (y así proceden precisamente los revisionistas) como la absolutización de las leyes generales (rasgo característico del dogmatismo).

EcuRed: Lo singular y lo universal (filosofía), página visitada el 11 de agosto de 2014 a las 13:00 horas.